Abraham Emilio

El último soneto a mi relación rota

Y el desconsuelo está en mi pecho, cautivo,
en frías paradojas de morir o querer...
Qué importa ahora o nunca si adoré a esa mujer
o si el amor me hizo intenso y sensitivo.

 

Caprichos de mi mente cansada: un bien esquivo;
esclavo del dolor pretendí fenecer...
y si mi vista loca tiende a mares llover
es porque la adoré acaso sin motivo.

 

¡Qué el amor le sonría siempre y sea feliz,
y sino fue conmigo, con otro amor se case,
yo estaré mitigando esta honda cicatriz,

y es que..., total, no importa si no fui su universo,
todo concluye. Y aunque el dolor me traspase
lapido para siempre mi amor con este verso!