Antonio Martín

Léanme cuando quieran

 

Viejos libros de adorno y olvidados,
en repisas aguardan su lectura,
de polvo muy antiguo están bañados
y en fría sala, muestran su andadura.
Mirada inagotable;
frente a muros de libros obsoletos
con extraña belleza incontestable,
esconden en sus letras mil secretos
de aquellos escritores bendecidos
que dieron con sus plumas prodigiosas
en libros tan odiados o queridos,
reflejos de escrituras muy valiosas.
¡Léanme cuando quieran
y escojan la lectura que prefieran!