José Ángel Pineda

Decreto que la poesía es la mujer

                    I

Decreto que la poesía es la mujer

que ama la luna,

y que ella sube con derecho.

Es la mujer la vida en el mar

del naufragio divino

con ventanas abiertas, los vientos,

y las puertas,

con preludios sinfónicos

y finales titánicos.

La mujer es un soneto libre

en La menor,

el ritmo que salpica al trovador,

mi íntima guitarra.

que rompe el aire y todo.

la poesía, es la mujer multidimensional,

de ojos que ven lo insondable,

el vicio afable y placentero,

lo palpable.

la severidad intensa, la crecida

con suavidad perfecta,

cariñosa de pecho abierto a todos

los conciertos prodigiosos.

Esa tremenda voz, y esos consejos

a tiempo de palabras desnudas,

son el lugar exacto, el momento preciso,

 donde mi ser, mi mente se agigantan.

                   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

II

La mujer y su encanto, es el oficio

de reparar mis piezas rotas,

es la que está conmigo, en mis derrotas,

es la que sueña cosas complicadas,

la espiga, la aguja, y la clavija,

y el crecer, y el sentir,

y el seguir de los ríos, vocalizar un sendero,

y encender las llamas, y el aliento,

y el olor, y el sabor,

el valor que estimula el sentimiento.

La mujer es La poesía en verbo,

es la expresión de los espacios

los paradigmas comunes, diferentes,

distintos, y entregados,

entrañables ideas de los cambios,

atrevidos intentos.

De las íntimas miradas compartidas.

                   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

III

La mujer es la poesía discreta

es la mujer, la mujer perfecta

que me abraza en la desgracia,

en la pena, en el desconsuelo.

En La penuria, el abismo, de uno mismo,

de ella, con ella, y con todos.

La poesía deseada, la inquieta,

la que sufre, que llora la sinrazón,

la que penetra el corazón con las uñas,

se lastima, se sufre, se ríe y se ama.

y que deja una huella profunda

en la garganta.

La poesía es una mujer con todos,

Un canto y un encanto

Un llanto y un espanto

Un dilema que comienza en dilema

Y termina en lo mismo,

consagrada poesía, lectura incomprendida,

son ellas.

que definen, deciden, hacen,

orientan, ellas, son la estructura

de mi edificio, desvelo artesanal,

mi brújula, los lentes de contacto,

que caminan, vuelan, aman, resuelven,

se entregan, y se cansan de amar se entregan

Y te sueltan...

te miman, te corren y te dejan

preso en un misterio.

©José Ángel Pineda   ©Creatividad poética