Narangel

Domingo

Dormir luego de tus saludos
Y sueñar con vos

Diespertar sin que ellos se asomasen
Y seguir anhelándote

Escuchar la vejez tocándome la puerta
No, no sos vos

Hacerme el sordo no impide que ella pase
Mi soledad la deja entrar

Nada más puedo hacer que invitarla a un café
Y seguir sueñando con vos