el brujo de letziaga

¡Ay, música enjoyada!

Intercambio vida con la música y su guitarra,
y se abre mi alma atenta,
al paladeo de cada nota que fulgura,
con su inmensa deidad festiva, cual mi locura...

 

Es una llama que incendia la sombra,
y delinea plena de paraíso tal caricia que copula,
llevando consigo estatus de señora,
siempre joven, en su bello transcurrir como ahora...

 

Y me mana su boca, de gusto metálica,
con su risa regocijada, que orquestándose me encumbra,
y tras de mi oído me sugestiona,
así como drogado, como viviendo en suma dicha...

 

¡Ay, música enjoyada!
que nuestra unión es conectada, polinizada,
y al panal de mi alma,
le destilas tu néctar con placer de entrega...