Yo vine del fin del mundo
a mostrar mi poesía
y les traje mi alegría
con mi sentir que es profundo.
A veces soy vagabundo
y otras soy un buen actor,
pero no soy dictador
y mi opinión nunca impongo,
porque todo lo que expongo
es esperanza y amor.
¿Qué dónde dejé la fe?
También la traje conmigo
y por cruzarme contigo
la vi en tus ojos café.
De esos ojos no escapé
porque nunca quise hacerlo,
con mis ojos hay que verlo
y así se podrá entender,
que solo quiero aprender
y algún querer merecerlo.
Escribiendo algo liviano
que se entienda su sentido
y que tenga buen sonido
cómo todo buen cristiano.
No quiero ser un marciano
en un planeta extranjero,
quiero ser un caballero
cabalgando hasta el ocaso,
y si se diera en el caso
ganar amor verdadero.
Si se logra con poemas
no lo haré con intención
de tocar un corazón
aunque el cariño es mi emblema,
Escribo de tantos temas
con la misma calidad,
y de aquella potestad
que es lo propio del lector,
no seré yo el corrector
de mi propia libertad.
Mario.
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De mi propia libertad
seré siempre el carcelero
porque siempre ira primero
el amor y la amistad.
Manteniendo a la verdad
como el único testigo,
y sin importar castigo
defender tus ideales
convicciones a raudales
de tus versos, buen amigo.
Daario.
Muchas gracias a todos.