Nestor Varela

y te siento...

Como un abrazo largo
suave,
blando,
como una nube lenta
que asciende
por la falda,
entre resquicios
del bosque vertical
de la montaña.

Como un abrazo de mañana,
cálido,
de amarilla esperanza,
un “te extraño”
de cumplida nostalgia,
un “te quiero”
de confesión entregada,
en un sutil apapacho,
como apenas rozando 
sutilmente
con tu nombre
la palabra.