José Ángel Pineda

Albor

Amaneciendo en vos,

amaneciendo,

y la noche, se la pasa como siempre;

durmiendo..

y te vas; siempre te vas escuchando

el sabor de tu cielo, como queriendo

no despertar nunca la noche,

que se desparrama en gotas de silencio.

Impacto, lejanías de un abrazo,

y en las conexiones, un te quiero,

en medio de la chispa meditando,

y un grito quemando el universo.

cada día, cada noche, cada siempre

que se prenden las cosas, quedan viendo

las rosas los crepúsculos ramos, cediendo

a la pasión de unos y otros labios,

abiertos, en el sol encarnado, sediento,

y encendiendo las aguas de la nubes intensas,

se confunde entrelazado los cuerpos

de los versos.