Después de pintar de azul
el lienzo de nuestras vidas,
se desvaneció el fuego,
quedó solo la nostalgia.
En el aroma del viento,
se perdieron tus besos,
y en la distancia infinita,
mi corazón aún te espera.
Tu partida dejó huellas
en mis noches sin rumbo,
y al despertar sin ti,
mis lágrimas se desatan.
No sé cómo deshacer
las barreras que nos separan,
mis manos están heridas,
de golpear en la oscuridad.
El tiempo hilvana heridas,
pero la ausencia persiste,
solo queda el eco de un amor
que se desvaneció en el viento.
De las costuras de mi piel,
brotan mariposas blancas,
que vuelan en busca de ti,
en un anhelo inalcanzable.
Es un recuerdo lejano,
un amor suspendido en el tiempo,
como un suspiro en la brisa,
que nunca podrá regresar.
Y en la nostalgia que me abraza,
me encuentro perdido en el recuerdo,
anhelando ese amor a distancia,
que se tornó imposible de retomar.