Hay que estar un poco loco,
para salirse del rígido sistema;
para enfrentarse como Don Quijote
a los molinos de viento,
en nombre de una causa
que para ti es tan grande
como la vida misma.
Hay que estar un poco loco,
para seguirte a ti mismo,
no a una moda o a un grupo,
sino a tu propio ser,
que tiene clara su misión
y no le importa lo que diga la gente,
porque al único al que
deberá rendir cuentas es a Dios.
Hay que estar un poco loco,
para dejar un trabajo bien pago,
pero que ya te pesa
como un camión de cemento sobre la espalda;
para decirle al mundo que tú vales,
y que además en tu camino
sólo te guías por la luz,
por esa que te espera al final de tu viaje,
por esa que te conduce a tu crecimiento personal.
Hay que estar un poco loco,
para aprender a decir “no”,
cuando todos consideran
que diplomacia y opinión ajena
son importantes para avanzar.
Hay que estar un poco loco,
y tener el temple suficiente
para recibir las piedras que te lancen,
cuando tal vez sólo tu alma
te regale flores.
Hay que estar un poco loco…
Para mostrarte tal como eres en realidad.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay