el brujo de letziaga

-- PRÓLOGO --

 

 

 

Cuando escribo un poema voy alcanzando una dimensión experimental muy por encima de mi mismo, se trataría para entendernos, como un viaje vagabundo a una percepción muy intensa y elevada, lo suficientemente idónea, para imaginar versos que lo llenen todo.

Por eso precisamente puedo ofrecer una imagen hacia el exterior distorsionada; de tener una mente completamente llena de quimeras que están fuera de toda realidad y pragmatismo, que viajan por el paisaje de lo etéreo, de lo abstracto, de lo utópico y lo fantasioso, o mismamente de lo irreal, y de todos los adjetivos calificativos que se quieran colocar al respecto..., pero cuando el poema está finalizado, nuevamente soy esa persona que los que me conocen y me tratan habitualmente ven en mi. Un tío muy normal.