Alvino Avalos (Pachi)

El niño

Jugando, tropieza y cae, ensucia sus rodillas y manos, frunce las cejas por un breve momento;  y se vuelve a levantar como si fuera un pichón de ave que ansía volar…

¿De dónde tal estoica fuerza? Sin duda no proviene de este lugar.

 

Míralo, compartiendo su amor con  todos sus compañeros de juego por igual;no escatima en besos y abrazos, y en más de lo que  puede brindar.

El Mundo y  todas sus Cadenas, ya no tienen ninguna potestad; pues al lado del Niño marcha el Gran Cordero Pascual…

 

Persiguiendo por el parque a las mariposas y a los pájaros que hacia el cielo van, sus ojos brillan como el sol y su boca balbucea palabras imposibles de descifrar.

No se ha dado cuenta aún; que su risa se contagia y se hace eco,   por  los que moran en los Pasillos de la Eternidad…