Nitsuga Amano

El estanque de los versos eternos

En el estanque de tus ojos, oh noche oscura,
se refleja un jardín de sueños perdidos,
donde las estrellas caídas yacen inmutables,
como flores de azar que ocultan misterios.

 

 

Contemplo tu desnudez en una cama ajena,
tus ojos me llaman en el lenguaje del silencio,
hablas con gestos sutiles como la lluvia,
que desborda el tiempo en sueños olvidados.

 

 

Y mientras me abandono al olvido fugaz,
me encuentro navegando hacia tu piel lejana,
donde esperas al otro lado del estanque,
sumergida en un baño de silencio divino.

 

 

Cantamos, sí, como pájaros nocturnos,
entonando melodías ancestrales y perdidas,
que evocan memorias que no hemos vivido,
y danzan en el éter de nuestra complicidad.

 

 

En el jardín de los versos que tejemos,
encontramos el eco de la eternidad,
donde nuestras almas se encuentran y entrelazan,
en un abrazo cósmico de letras y sueños.

 

 

Así, en este laberinto de palabras e instantes,
nos sumergimos en el misterio de la creación,
descubriendo en cada verso el universo infinito,
y hallando en cada encuentro la eternidad del arte.