En las teclas del piano susurran versos,
un romance que fluye con dulce nostalgia,
minutos que se escurren como arena fina,
mientras las manecillas del tiempo corren sin pausa.
En las notas encuentro el suspiro del amor,
un vals que se despliega en las estaciones,
cada acorde pintando los colores del deseo,
en el lienzo de mi alma, un eterno desierto de pasiones.
Las melodías me llevan a ti,
a ese rincón donde los recuerdos se abrazan,
donde los besos aún arden en mis labios,
y en el eco del piano se escuchan nuestras risas.
El sonido se pierde en la penumbra del pasado,
pero el eco persiste en el hueco de mi pecho,
una sinfonía de momentos compartidos,
un remanso de amor que se aferra a lo eterno.
En cada acorde encuentro tu nombre,
una melodía que se entrelaza con mi ser,
y aunque el tiempo avance implacable,
mi corazón late al ritmo de nuestro querer.
En las teclas del piano, un romance perdura,
los minutos se detienen en su melodía,
las manecillas del tiempo se vuelven cómplices,
y el amor revive en cada nota que susurra.
Así, en la sinfonía de nuestro encuentro,
encontramos el refugio de los amantes,
y el piano nos guía por el sendero del recuerdo,
donde la nostalgia y el amor se funden en versos vibrantes.