Deseo una compañera para compartir algo más profundo que una cama o un fin de semana.
Alguien que tenga claridad sobre sus objetivos, que no tema enamorarse ni al compromiso.
Una persona que comparta conmigo sus recuerdos de la infancia,
su rebeldía en la adolescencia, y sus experiencias diarias.
Busco a alguien que no huya de los desafíos, sino que juntos encontremos las soluciones a los obstáculos.
Alguien que asuma la responsabilidad de sus errores y no me haga sentir culpable por ellos.
Que me acepte cuando esté enojada,
que comprenda que no soy perfecto y que me señale mis faltas con amor y respeto.
Me gustaría encontrar una compañera de vida, para viajar a lugares que no hayamos descubierto,
desde la playa más remota hasta los rincones más inexplorados de mi ser.
Alguien que esté presente en las reuniones familiares, en los grupos de amigos y cuando estemos a solas.
Alguien que respete mi espacio, y aunque no esté físicamente presente, se sienta a mi lado.
Alguien que no limite mi libertad, que acepte mis imperfecciones y adore mis excentricidades.
Alguien con quien pueda ser yo mismo, que no me lastime cuando llore, sino que me consuele,
me asegure que todo estará bien y me seque las lágrimas con cariño y abrazos.
Quiero una compañera de vida,
para planear nuevas aventuras y revivir momentos inolvidables mientras disfrutamos una taza de café.
Alguien a quien pueda desearle felices fiestas y abrazar en Año Nuevo.
Que no se preocupe por el dinero ni las cosas materiales,
pero que se esfuerce por hacerme sentir especial en nuestros aniversarios, cumpleaños y en fechas importantes.
Deseo alguien que me persiga con la mirada, que me devore con su pasión.
Que, al terminar de amarnos, en las noches de pasión, podamos conversar de cualquier tema,
reírnos o simplemente descansar,
quiero poder abrazar su cuerpo hasta el amanecer y seguir amándonos.
Anhelo una compañera de vida, para formar una familia y envejecer juntos.
Una compañera de vida sin fecha de caducidad, resistente, indestructible.