Sierdi

MUÑECA INFLABLE

 

¿Su alma…?

¿Qué alma puede tener?

Aire inerte de sus entrañas, suele poseer.

 

En las amargas noches solitarias,

recibe un soplo, de ilusoria vida.

Tal vez, un hálito de consuelo.

Que asola su existencia al suelo.

 

Jamás cela, tampoco aporta.

No ensucia, tampoco lava.

Solo mancilla, egos carnales.

 

Solitaria y callada, se desinfla.

Expira vacía, en el closet cada día.

No se excusa por la hora, nada de indigestos.

Su inmutable mímica de risa es su gesto.

 

Alocados caprichos, afligen su existencia.

Un audaz salto del tigre es la sentencia.

Al evocar sintéticas pieles, sin ilusiones.

 

Expira…

 

Estallando, en un suspiro de desilusiones.

 

Su señor, lloró. tanto, tanto…

Desechos oídos de goma,

No reconocieron el llanto.

 

Una mujer de verdad…

De carne y corazón…

 

Fue el ser, que le enseñó a ser.

Un hombre feliz.

Que ama a una mujer real.