Mario Rodolfo Poblete Brezzo

Dudas.

En la vida hay que dudar

de lo que desconocemos

y es mejor que meditemos

lo que nos puede afectar.

No solo por una mar

o por cultivar un sueño,

arderemos como leño

por alimentar el fuego,

que demora un hasta luego

que nunca me hará pequeño.

 

No hay peligro en la confianza

pero hay que usar el ingenio

para vivir un milenio

y ser del verso una danza.

Yo me visto de esperanza

y desnudo el alma muestro,

sin siquiera ser muy diestro

con mi pasión expresada,

siempre será dedicada

para un amor como el vuestro...

 

¿Es qué acaso el entendido?

Mal de escritos en sus formas

son los gritos de las normas

que no entienden mi sentido.

Porqué nada he pretendido

más que siempre ser sincero,

con quién quiero por lucero

y su encanto lo he forjado,

en el verso enamorado

para su amor verdadero...

 

 

¿Quién se dice interpretar?

¡Lo que yo puedo sentir!

si es mi vida y mi vivir

lo que debo soportar.

Que me digan que soñar

es igual que usar pañal,

es al bien lo que hace mal,

cuando escapa de la ciencia,

nada más por ser conciencia

la que da el punto final...

 

El amor lo vociferan

del desamor cualidad

cómo la incapacidad

del que nunca conocieran.

Pero porque lo sintieran

alejar la diferencia,

sin saber nada de ciencia

ni de formas o estructuras,

le critican sin alturas

ese amor con su evidencia...

 

Puedo estar equivocado

pero la vida es así

y si solo pienso en ti

ni siquiera te he nombrado.

Si es que estoy enamorado

simplemente es mi derecho,

y aunque sea largo el trecho

se hace grande mi pasión,

porque tengo un corazón

como el porte de mi pecho...

 

Yo jamás le rindo cuentas

a ningún ser conocido

por lo libre que he nacido

y jamás gateo a tientas.

Si mis horas pasan lentas

será que no las apuro,

si el que labra su futuro

no por ir con rapidez,

puede ser el mejor Juez

que procura ser seguro...

 

Definir lo indefinido

es la osadía más vana

la que solo el alma humana

con el verbo ya ha nacido.

Es por todos conocido

que fue el verbo en el inicio,

y jamás será un suplicio

amarte cómo yo te amo,

si es lo propio y lo declamo

para honrarte con mi oficio...

 

Autor: Mario Rodolfo Poblete Brezzo.

 

Muchas Gracias a Todos.