Nitsuga Amano

Ojos de la verdad

Pasé la noche por un cedazo,
y en la mañana solo quedaron
los ojos de la verdad,
que me miraban desde adentro.

 

 

Eran ojos sinceros, honestos,
que no temían mirar de frente
la realidad cruda y descarnada,
sin miedo a la oscuridad ni al dolor.

 

 

Esos ojos me hablaron de la vida,
de sus altibajos, de sus secretos,
y me mostraron el camino hacia la luz,
hacia la libertad y el amor.

 

 

Desde entonces, llevo esos ojos conmigo,
siempre abiertos, siempre alerta,
para ver la belleza en lo simple,
la verdad en lo profundo,
y el amor en todas partes.

 

 

Y así, paso mis días en un cedazo,
filtrando las mentiras y los engaños,
y dejando que solo la verdad
y el amor me iluminen el camino.