R. Gruger

EL DRAMA DE LA VIDA

La vida es un largo drama

de contínuo repetir,

en que todos somos actores

de muy variado perfil.

 

El mundo es el gran teatro

todo hecho de cartón,

con sus miles falsedades

y trucos al "por mayor".

 

El gran paisaje se muestra

todo lleno de esplendor,

y de repente se esfuma

porque en verdad no existió.

 

Se abre el telón y en escena

aparecen los actores,

haciendo muy bien sus papeles

como buenos finjidores.

 

Suenan trompetas!... es que viene

saliendo tras bastidores,

don "Hipócrita" risueño

con su horda de traidores.

 

Aquí se acerca don "Sabio"

engañador como el sólo,

don "Parlanchín" viene al lado

y le sigue don "Tenorio".

 

Don "Mentiroso" también

como siempre: "verdadero",

hace muy bien su papel

de personaje muy serio.

 

Aquí se acerca don "Falso"

de brazos de "Pendenciero",

son muy buenos amigazos...

aquí viene don "Misterio".

 

Por allí don "Asesino"

que sega vidas inocentes,

con su guadaña sangrienta

colabora con la muerte.

 

Por allá viene "Holgazán"

muy lentamente por cierto,

pues para mover un pié

le pide permiso primero.

 

Ojos señores que viene

el "Ladrón", el muy ladino,

que te quita lo que tienes

con sus atracos y timos.

 

Doña "Lujuria" ya pasa

también pasa don "Cobarde",

la primera pasa y deja

una estela de pesares.

 

El gran drama continua

surgen más y más actores,

con sus fachadas variadas

con sus múltiples colores.

 

Los espectadores aplauden

y gritan enardecidos,

cuando ven sus propias vidas

representadas con brillo.

 

De repente... Algo nuevo!

insólito, sorpresivo...

aquí viene el amor puro

todo de blanco vestido.

 

También viene la "Justicia"

la "Razón" y la "Verdad",

que bellas lucen, que radiantes,

también se acerca "Bondad".

 

Más atrás viene "Valiente"

y siguiéndole "Honradez",

son dos grandes personajes

sin duda alguna, así es.

 

Después de un silencio mortal

el público estalla burlón,

gritan: Fuera!, y abuchean...

Queremos algo mejor!

 

Les lanzan tomates podridos

les injurian, escupen, y hieren,

unos gritan: Que los maten!

otros: Que preso les lleven!

 

Ellos tristes, desolados,

cabizbajos, abatidos...

dejan la escena, turbados,

rechazados y vencidos...

 

Y se sigue la función

con su desfile monstruoso,

ante el público que aprueba

y se deleita gozoso.

 

Es, terminando, el gran drama

en que se ensalza al matón,

y se rebaja hasta el suelo

al de noble corazón.

 

Ya los valores humanos

no valen, no vale Dios,

para muchos es un mito

el cristianismo de amor.

 

Lo espiritual, ellos dicen,

es cosa de afeminados,

de débiles y cobardes,

de flojos y fracasados.

 

Humanidad...Hasta cuando!

rechazarás al que vino,

con el mensaje de cielo

que cambiaría tu destino.

 

No te parece que es tiempo

de volver sobre tus pasos?

Y tu mirada volver

a aquel hombre del calvario?

 

R. Gruger / 1958