Golpe de mar

Zumo de granada

Vivo escondido en los valles,

de entre tu pelo y tus orejas.

 

Me alimento de espantar cuervos

que desgarran en tus sienes mis te quieros.

 

Mi virtud se debe a tu sonrisa.

Si se mustia, dejo de existir.

 

Me llegó un antojo con la brisa 

en esta tarde triste de alquitrán 

de regalarte mi sangre toda 

que me sobra

para llenarte todos vacíos, 

y hacer con ellos

buena masa de morcilla.

 

Sujetando tú el calibre que perfora

y yo prestándote la fuerza de mi culpa.

 

Hacerme como zumo de granada,

darte salud y guardarme las pepitas.

 

Ser la licuadora de tu cóctel molotov

incendiarte conmigo exterminando 

mi dolor.

 

Le doy la vuelta al sol cada vez que ríes

cabalgo en esa onda de choque,

el mejor jóquey.

 

Deja que siga en la carrera,

acariciando tu lengua con mis sueños

y cosquilleando tu garganta

con mi polla que se quiere desbordar

y ser eclipse.

 

Adoremos todos nuestros flujos,

juguemos a cruzar el más allá,

piérdele el sentido a tu razón

y dame una razón para mi sentido.

 

Casi quiero morirme en tus brazos

en una acuarela de redención.