Nitsuga Amano

Angel Herido

Entre tantas gotas, como estrellas perdidas en el mar,
veo el rostro del ángel herido, un ser divino y mortal,
con sus ojos de agua y su mirada sincera y dulce,
cargando en su piel las heridas del tiempo y la lucha.

 

 

¿Cómo resistirme a su encanto, a su magia infinita,
cómo no caer ante su luz divina y única,
y dejarme seducir por su canto de amor y paz,
que me invita a soñar y a volar, sin temor ni tristeza?

 

 

En su mirada encuentro un refugio, un hogar seguro,
en sus brazos un abrazo eterno, un consuelo profundo,
y entre sus labios un beso, un sabor a eternidad,
que me hace sentir vivo, amado y libre en la realidad.

 

 

Así es el ángel herido, una luz en la oscuridad,
un sol que brilla en la noche, un milagro en la tempestad,
y yo, su fiel compañero, su amante y su amigo,
le rindo homenaje en versos, le canto en mi corazón herido.