Esperando nuestra muerte
sarandeamos el día
posponiendo lo que urgía
e idolatrando a la suerte.
Reseteando lo inerte
arrugados por complejos
naufragando en travesuras
deambulando tan lejos
orbitando con basuras
negando buenos consejos
uniendo malas costuras.
Es esencia y necedad
saber sonreir viviendo
tanto sonriendo o fingiendo
reseteando brevedad.
A menudo, la vacuidad
mancilla adrede cada vida
ungiendose sin que acierte;
el tiempo usado se invierte
rebotando la comida,
tanto en ida y en venida
esperando nuestra muerte.