Juan Paramo

Niños

Hubo días en los que la alegría de los niños inundaba el mundo -por decir mundo me refiero al barrio ubicado en el pueblo de mi padre- su energía y sonrisas llenaban el aire de sonidos. Yo me encontraba entre ellos.
Jugábamos Hasta que nuestros padres nos arrancaban de las calles. Mis primos y yo no nos molestamos, sabíamos que mañana sería otro día. El futuro era seguro al igual que el llamado para jugar escondite.
Y el futuro llegó claro, pero no el llamado. Llegó de todo, llegó la pubertad y llegó también el tiempo para que nuestra generación quedará atrás. El barrio quedó vacío. Y por años reinó el silencio de los niños. Hasta que de repente sin darme cuenta los volví a escuchar corriendo por el barrio reclamándolo como suyo.