Jose Antonio Orellana

Blanca rosa

Encontré allá una blanca rosa

de pálidos pétalos;

no hay más luz que la de su

inmaculada pureza;

ni días más azules que los de

su eterno verano.

 

Todo era belleza ante mis ojos

cautivos de su fulgor;

no hay más alegría que las de

sus doradas mañanas;

ni armonía más fina que la de

su dulce inocencia.

 

Quizás deba alejarme de ella,

¿acaso soy digno de poseerla?

si conmigo solo traigo la noche

y atravieso los destellos del sol

con el puñal de mi amor.