En un amante encontré:
-Resplandeciente- aquella paz que el amor no me daba;
Intensas caricias, labios húmedos, miradas viles que a mí me llenaban
Karma, tú fuiste mi karma, ante la búsqueda idealizada de amores.
Dentro de cuatro ajenas paredes, embriagados de deseo
-Usamos la lujuria y no el afecto-
Regresaban tus manos a buscar sólo mi cuerpo
Ante el silencio: mi corazón aun latía -bombeando un sosiego-
Nos despedimos sin palabras: con un beso.