Pedro Antonio Borges Rodríguez

SONDEANDO LAS ARISTAS DE TÚ CORAZÓN

Pies anclados al vergel

Brazos al alba, inclinados

Piel tersa, labios de miel

Y un dolor soterrado 

 

Ojo lector, testigo fiel

 Redime la sintaxis del karma 

Roto el verbo, se soltó el riel

Y se partió la cruz del alma 

 

Llora la piedra, hunta el cincel 

Gotas de magia curativa

Compra amores, a granel

Para que tú sonrisa perviva

 

Luz, clímax y sencillez 

Regalos de amor conciso 

Que negando, cierta altivez

Enciende el ardor que preciso

 

Cielo intacto, gente común

Tú mirada oculta el deseo 

Fuego interno, que arde aún

Paisaje en el que me recreo

 

Ejércitos, de papel 

Defienden verdades inocuas

No acatan, tú poder

Realeza del amor que invocas

 

Por eso, el ayer

Dispuso de la negativa

Que contrae, el placer

Mientras el dolor se aviva

 

Hay, que comer

Del orgasmo de la sabiduría

El esquema, del saber

Anida en la comprensión habida

 

Arcaica, ley de vida

Sustenta la emoción tunante 

Pero la misión, si es compartida

Avanza a pasos de gigante

 

En el templo, se congrega

Parte de la idiosincrasia

Paritorio, en el que se elevan

Tanto verdades, cómo falacias