Ramón Bonachí

Procesión

La procesión

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Con devotos doblando las esquinas

y abril sin musitar ningún reproche,

desfilan lentamente por la noche

los pecados de ayer con sus doctrinas.

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Las saetas, angustias cristalinas,

gritan en su agonía, con derroche;

la sangre sigue siendo el rojo broche

que dejaron las manos asesinas.

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La procesión enciende velas largas,

cuya cuna de luz son las estrellas

en medio de un sosiego atronador.***

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Y se endulzan las lagrimas amargas,

esperando que Cristo beba de ellas

y calme, mientras bebe, su dolor.

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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.