Lourdes Aguilar

EN EL ANIVERSARIO DE MI ABUELA

En ese rincón frente al patio

Donde de los hilos en fino punto

Tus manos arrugadas e inquietas

hermosas y complicadas formas creabas

 

Te veo todavía anciana amada

Tú que no conociste descanso

Tú que de sol a sol cada día

En tu mocedad la tierra empedrada

La tierra seca con tu sudor abonabas

 

El jardín que ahora  está lapidado

El jardín que con esmero atendías

Con esas mismas manos callosas

Cariñosamente atendías sin falta

Recordando tu milpa y tus lares lejanos

Flores y aromáticas hierbas crecían

 

¿Cómo podían tus manos añejas

Ser tan constantes en dar y crear?

¿Cómo puede la descolorida pupila

conservar su chispa de humor y asombro?

¿Cómo puede un rostro arrugado

Guardar años de cansancio y soñar?

Encontrar gozo y mudar su estado

mostrarse bello y luminoso a la par?

 

Si no te amedrentaba los años

Si en inculcar tu amor y tu canto

Por esa vida de humilde trabajo

Por esa vida cuya  único premio

Es esparcir el amor que por ella sentiste

Es inculcar admiración y respeto

Por ese suelo que en tus entrañas llevaras

 

Hoy que pareces presente

En mi voz la tuya prosigue

tú que sin galardones fuiste mi fuente

tú que sin instrucción supiste guiarme

en mi mente la tuya se expande