Genova

Mi reflejo con el tiempo

Fijé mi rostro en el espejo

Y apacigüé el cansancio a través del tiempo.

Toqué la ternura que se desvanecía

En aquella faz que admiro y se desgasta día a día.

 

Aprendí muchas cosas de la vida,

Pero la senectud me apreta en esta vida.

Aprendí que las palabras se esfuman con el tiempo,

Pero comprendí que más sentido tienen cuando vienen como un consuelo.

 

Entre tantas alternativas de la vida,

Opté por unas cuantas.

Entre tantos errores míos,

Aprendía que las consecuencias las veía sin pensar en las desgracias.

Ahora yo respiro un aire que está a punto de gastarse.

Ahora yo recibo cariño, a causa de los pocos días en que no me digné a centrarme.

Ahora soy yo la que decide arrepentirse, de los excesos de mis faltas.

Ahora soy yo la que decide vivir estos días, sin tenerle muchas ganas.

 

Aprendí que todos mis hechos, se tornaban junto a un solo cuerpo.

Aprendí que el amor no fue mi consuelo, porque no demostré cariño a dicho cuerpo.

Mis cometidos en exceso los deshecho en estos momentos.

Mis lágrimas ya no tienen salida, más que traspasar mi cansado rostro sin sustento.

La fiebre de la senectud me sigue ahorcando en el amanecer después de mis sueños.

Mi memoria ya no cobra vida, después de tantos esmeros.

 

Yo propongo a la vida, ganarle esta lucha;

Aunque se que este cansancio, me golpea el corazón y presiona mis encantos.

Todas mis fuerzas están llorando, a causa de la poca vida en estas manos.

Aunque se que este cuerpo, ya no puede enfrentar lo mismo al igual que en el pasado.

 

En la distancia de mi edad, apaciguo mis encantos,

Pues ahora tengo aquí en el silencio, muchas cosas junto al llanto.

Pues no me digno a seguir viviendo a falta de alguna motivación que siempre dejé de lado.

Pues no me niego a seguir muriendo, porque a estas alturas, ya desaparecieron todos mis encantos.

 

La vida me enseñó que los golpes daban vida,

Pues el hecho de todo esto, es que yo ya no puedo con esta vida.

La vida me enseñó que los pasos, eran para dejar muchas huellas al margen del error;

Pues todos mis sueños, que son tan lejanos, los ahogué en muchas vías a causa de mi dolor.

 

Me encanta la dulzura del término de mis días,

Me encanta la tranquilidad que ya respiro, a causa de mi poca vida.

Me encanta la tristeza que llevo en la sangre, durante todos estos días.

Pues al fin de estos tiempos, ya no estaré más, para deteriorarme con otras vidas.

 

Añoro muchos sentimientos; pues nunca los tuve a mi lado.

Desde muy lejos observo a los míos, que se fueron yendo, sin dejar algún rastro.