Seguimos aquí...
suspendidos en la espera,
gravitando como quimeras en el limbo de lo ficticio,
intentando esquivarnos del olvido,
tratando de alejarnos de un adiós definitivo,
huyéndole a la inevitable separación…
a esa lejanía a la que fuimos sometidos.
Seguimos así…
flotando en el cosmos de la indolencia,
con la esperanza secuestrada…
por un acto de desolación y desesperación…
que se ha ido acostumbrado a hacerse cotidiano…
y se ha entregado dócilmente al hastío,
con una impotencia desobligada…
que va arrastrando nuestro entusiasmo al filo de lo clandestino.
Seguimos ahí…
como dejándonos convencer de la tristeza,
respirando esa melancolía expuesta,
aceptando el holocausto de la distancia,
y admitiendo que ya no hay salida,
que se ha cerrado el portón del corazón…
y que sus latidos se van caducando a prisa,
que nos vamos evaporando en la nada,
que todo lo que sentimos ya no encuentra motivo,
que nos vamos eclipsando…poquito a poco…
por la pesada sombra del desconsuelo.
Pero allí estamos todavía…
deseando sobrevivirle al desengaño,
escapando de la desdicha diaria,
abrigando la ilusión del último encuentro…
antes de entregar el abreviado suspiro…
a la inevitable desventura de este evidente desamor…
que va ocupando todos los sentidos.
Pero seguimos aquí…
escribiéndonos versos…
tu desde tu entelequia…y yo desde mi ficción…
como queriendo evitar la despedida…
como tratando de despertar de esta pesadilla.
Seguimos así…
como muertos en vida.