Pedro Antonio Borges Rodríguez

NOCHE VIRGINAL EN EL TEMPLO

Noche virginal en el templo 

Rocía la pureza encarnada

Se guarda en el bolso, el tiempo

La eternidad, al fin, comprada

 

Regla del canto mariano

Que alegra la estadía

De los huéspedes, que encontraron

La protección en el vigía

 

Angel del ámbito celeste

Tú pasión, se lleva con prudencia

Al haber superado la peste

Con el albor de la excelencia 

 

Recorre tú paz, el mundo

Tú virtud, conlleva detractores 

Para aquellos, que los motores

Emplean fuego foribundo 

 

Es negligente, la impertinencia

Con el que pretenden arremeter

En el límite, de la obediencia 

Se oculta tú gran poder

 

La libertad, es un hecho

Que ronda la entelequia

Pero tú vida, reina sin techo

Y por ello, el amor obsequias

 

Ocupó, un día, tembloroso

La extrañeza de la penumbra 

Oscura lente inmunda

Diluvio y horror, portentoso 

 

Pero se afianzó a un criterio

De fé en sus enseñanzas 

Salvoconducto y refrigerio 

Que mejoró la gobernanza 

 

Ciclón de verdades informes

Consorte de la gran terapia

Con honor y sin uniforme

Conserva el amor por la patria