Que fácil es amarte, y tan fácil extrañarte, porque eres el pensamiento constante, la imagen viviente en la memoria anhelante, que vuelve fuego calcinante en un cuerpo que te presiente viva, extrovertida y la más expresiva al momento de entregarse.
Que placentero es encontrarte, como el caminante en desiertos con oasis alucinantes, marcado con palmeras que se yerguen hasta el cielo donde explotamos en la pirotecnia de los amantes, con estruendo en tonos multicolores.
Que dichosa travesía que me lleva a tu santuario, cual mariposa me esperas con el suave aleteo de tus extremidades, concediéndome la anuencia de ese dulzor de tus mieles donde abrevo del elixir que eterniza el sentimiento.
Que fácil es adorarte.
(VOZ DE TRUENO)