Que insignificante es imaginar
La certeza del abandono
A merced de la agonía
Entre sabanas y ojeras
Muere el deseo de estar en pie;
Sueños frustrados en la habitación
Mirada al cielo con ojos cristalinos;
El palpitar del alma en suspenso
Los anhelos y suspiros presentes.
Se esfumó aquel deseó
Sin fuerza para estar de pié
Ya no sueño con caminar
¿Que color es el día?
¿Ha que sabrá el viento?
¿Que sabor tienen las lágrimas?
Es solo verdad ficticia
No nacimos para vivir
Te lo digo sin mentir
No existe destinó
Tal vez tampoco debí existir.
Me lo recuerda la oscuridad
Nada de lo que ven mis ojos
Sólo la tempestad
Me grita al oído
Aquel susurró del más allá
Tal vez el eco de mi suspirar.
¿Si existe un ser supremo?
¡Porque tenemos que morir!