Freddy Kalvo

El trigo y su fruto

 

El trigo trae su fruto

con abundantes cosechas.

Todos gustan del producto

y: ¿Sabrán cómo se siembra,

lo que el campesino sufre

y cuánto sudor le cuesta?

Es quizá desconocido

para algunos que no sepan

porque solo en el terreno

los saberes siempre siegas;

mientras tanto, solo comes,

lo que llega hasta tu mesa

por la vía del dinero

que te compra lo que quieras;

pero nunca el sentimiento,

cuando con amor lo entregas.

 

Y no sabrás de sudores

ni de cuánto el sol lo quema,

ni las manos que llagadas

sufren ruda y dura pena

ni de cómo nacen frutos

de las manos que aún viejas,

van labrando con cariño

esos surcos en la tierra

para dar aquellos frutos

que para la vida esperas

hasta que labres caminos

en la búsqueda de metas

y trabajes con ahínco

bajo el sol o las estrellas

en los montes o los bosques,

en ciudades o las sierras;

en la fábrica o las calles,

o en verduscas cordilleras.

Hasta entonces, buen amigo,

se valora lo que cuesta

cada cosa que tú tienes

aunque sea vieja o nueva

porque solo dando pasos

se dibujan las veredas

en el campo desolado

donde se pintan las huellas.

 

Y el anciano, como el trigo,

dio su fruto en primavera,

en verano y en otoño

y hoy sus ramas están secas

ya sin obras en sus manos...

¡Ay de aquel que los desprecia,

porque frutos no le rinde,

porque frutos no le entrega.

Y entonces: ¿Qué fue el amor?

¿Era solo una quimera?

¿O quizá puro interés,

de ese que al final golpea?

 

Y así van por esta vida

muchos hijos por la vera

ignorando que su padre

dio sus años en la hacienda,

con sus manos labrantías

en los montes y las sierras

donde el fruto ha florecido

a la luz de las estrellas

donde su paso dibuja

y sus huellas, también deja.

 

Nunca olvides que la vida

siempre trae sus sorpresas.

Te devuelve lo que das

y cual bumerán regresan

las semillas que has sembrado

al pasar por la vereda.

«Y recogerás el fruto,

de lo que en la vida siembras».

-Pero no te preocupes-

«Si tú siembras cosas buenas,

serán buenas esas mieses

que tendrás de recompensa».