Freddy Kalvo

Sonetillo enigmático XXIV

Rizos caían del cielo

como en hilos luminosos

que además de ser hermosos

le llegaban hasta el suelo.

 

Se enredaban como pelo

en caminos muy boscosos

y entre árboles muy frondosos

había uno de ciruelo.

 

Y aquel bosque le impedía

que su pelo iluminado

penetrara en la abadía;

 

sin embargo, el verde prado...

¡Con más fuerza brillaría!

¿Qué será lo que ha llegado?