Fabio Robles

*** La música, ambrosía del alma***

 

La noche sin premura va cayendo,
la albura a las estancias va cubriendo.

Las manos del pianista se deslizan,
sus rápidos acordes amenizan.
Los clásicos conciertos dramatizan
la magia de románticos que hechizan.

Son trances de pasión maravillosos,
con cálidos momentos portentosos.

El alma satisfecha está sonriendo
los últimos arpegios eternizan
instantes de embeleso majestuosos.

La música nos deja jubilosos,
acordes con belleza solemnizan
la culta perfección que está naciendo.

Si existen los períodos umbrosos
el canto tiene efectos milagrosos,

envuelve corazones que entronizan
aspectos con los cuales cristalizan
anhelos que con gracia vitalizan
la paz interna siempre, garantizan.

La musa de la música rigiendo
observa a nuestras manos aplaudiendo.