Nitsuga Amano

Salmo 144:1

Bendito sea el poder divino,
que prepara mis manos para la batalla,
y mis dedos para la guerra.

 

 

En la lucha que día a día enfrento,
siento su mano guiando mis pasos,
dándome fuerzas para resistir,
y para seguir adelante en la pelea.

 

 

Confiando en la sabiduría celestial,
en cada golpe y en cada movimiento,
logro alcanzar la victoria,
y me siento más fuerte y seguro.

 

 

Que bendito es el Señor,
que me protege en las horas oscuras,
que me fortalece en las pruebas,
y me guía hacia la gloria.

 

 

Que su amor me ilumine,
en cada momento de mi vida,
y que su gracia me sostenga,
en la lucha por alcanzar mis sueños.

 

 

Bendito sea el Señor,
mi roca, mi fortaleza,
que me da la fuerza para luchar,
y me sostiene en su amor y su bondad