La sinfonía de un piano descolorido
bajo el cielo de otoño se escucha.
Sus notas tristes y apagadas
reflejan la desentonación de una mirada enamorada.
Un corazón que soñaba con amor,
se enfrenta a la cruel realidad de la frustración.
Las manos expresan suspicacia
ante esta situación sin salida.
Los ojos reflejan la nostalgia en el alma
y el dolor que no se puede esconder.
Y como un piano de fondo suena,
nadie lo oye, solo el poeta que escribe
en una tarde de otoño,
con el aroma de las hojas secas impregnando sus sentidos.
Cada nota del piano descolorido
es como un suspiro de dolor y de tristeza,
una melodía que se eleva y se pierde en el aire.
Nadie escucha, nadie entiende,
solo el poeta que encuentra en la música su consuelo.
La sinfonía de un piano descolorido
bajo el cielo de otoño continúa.
El poeta se sumerge en su música,
buscando en cada nota un poco de paz.
El sonido de las teclas y el murmullo del viento,
se mezclan en una melodía única y especial,
que solo el poeta puede escuchar.
La música se desvanece poco a poco,
como el otoño que se despide con nostalgia.
La sinfonía de un piano descolorido
bajo el cielo de otoño ha llegado a su fin.
Pero el poeta sigue escribiendo,
buscando en cada palabra un poco de alivio,
una forma de expresar su dolor y su tristeza,
y encontrar la fuerza para seguir adelante.