Cada mañana
mi brazo se extiende
a tu almohada... no palpo nada...
no estás...
sólo la memoria de tu fragancia
se infiltra en mis sentidos
trayendo ésos momentos rosas
y fluídos... así.... así paso mis
mañanas mojadas...
muy mojadas... sólo
pensando en ti...
en tu mirada azul...
tu aroma penetra en más
de dos de mis orificios
y llegas por un momento...
...tú estás aquí conmigo...
El café que solíamos compartir...
siempre has sabido como lo quiero
“negro sin azucar” fácil... placentero...
me lo traías a la cama...
¡Oh... qué bellas mañanas!
esencias de tu presencia añoro a cada momento...
tus pasos propios...
ordenando cosas en la casa...
tu voz tersa y a la vez recia... serena...
Caminatas por la playa...
encontraremos el lugar perfecto...
arena, sol... ¡mar!, ¡qué maravilla magistral!
cada vez disfrutando una nueva faceta
de ése inmenso amigo mojado... ¡tan voluble y
bello en su expresión natural!!
mas... siempre ahí a nuestro lado, nunca fallando...
siempre esperándonos...
ésas olas conocidas aguardan
a los que aún se aman y han amado ...
siempre salpicando nuestras almas... gemelas...
Al volver a casa... Mmmm...
preparar las viandas de la velada...
cada noche... sin igual...
tu y yo inventando menús...
experimentando con recetas
¡que al final eran sólo nuestras!
Sigo extrañando tu... amarte...
sentir tus labios junto a los míos...
recorrer tu impresionante beldad...
que es sólo mía...
extraño entrar a ése lugar
que reservas sólo para mi
y me espera...
ésa anatomía... mi descanso personal...
nadie más ahí se puede posar...
Amarte es estar tan orgullosa de ti...
de ésa inmensa presencia que manifiestas
al planeta, tu corazón altruista
que se abre y expande al mundo
ayudando a ésas almas perdidas...
Extraño ésa viva voz de saber que
todo estará bien...
... y sé que lo estará...
Pero... aún así ... te sigo extrañando...
Copyright©2010 Rocío Vega-Ponce