Carlos Hector Alvarez

Tu vereda y la mia


Tu vereda y la mía
son dos líneas paralelas
que aunque se diga, imposible,
se juntaron un día, 
no allá en el infinito
sino aquí en la tierra.
Así fue, que
un día cualquiera,
al cruzar la calle
te encontré al pasar
y hablamos de todo 
como buenos  amigos,
sin saber,
nuestros nombres,
siquiera.
Nos prometimos,
vernos de nuevo,
y así fue, comencé a conocerte
y tu a conocerme, algo había,
que en mis brazos,
terminaste un día
y nuestras veredas, 
antes separadas, 
como nuestras vidas,
estaban unidas.
Más, una vez, 
tomé una acera distinta
y otra, no te alegraste 
al verme llegar
a los dos, la misma rutina
nos llegó a cansar.
Lo hablamos,
y acordamos,

ponerle a ésta historia,

el punto final.
No nos vimos más.
nuestras veredas, volvieron
a tomar su lugar,
a ser paralelas, 
difícil de juntar,
frías y vacías,
como tu alma y la mía.