Alfonso J Paredes

El reguerillo

Hilvanar el reguerillo de tus lágrimas
y encauzarla hacia las flores que riegan,
los jazmines blancos y flores de la Guayana patima,
del color de la magnolia que de tu pelo cuelgan.

Labrar los campos cuando verdean,
en los llanos de esta tierra extrema
y enjuagar los racimos de uvas,
de las parras y las vides cuando el viento sisea.

Ondean los cabellos al son del silbido,
entonando melodías de canciones coloridas
y cuando tu alma se sienta herida,
disimular como si nunca hubiera ocurrido.

Ojos irisados de color azul celeste,
de mirada profunda oteando el horizonte,
van a dirimir los rumore de este a oeste
para que se pierdan, esquivando el monte.

Dulce fulgor que a su hora llega,
con poder y tronío en la cohorte,
persiguiendo con hambre la tierra huelga,
hilvanando el reguerillo de tu lágrima al norte.

Corre, azucena vuela…
De lejos se oye el silbo,
de cerca se siente fuerte,
el aire en tu silueta tildo
y tus alas al viento,
tu camisa de tul como vela.

Enjugando tu rostro veo
con paños de preciado lino,
enfilando el reguerillo creo,
se convierte la uva en vino.

Poem & Rhápsody ©2022
La fina piel de la cáscara
Alfonso J Paredes
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