S Esteban Esquivel

La gran clausura de la sala de arte

(Este no es un poema, es una búsqueda). 

 

Estuve pensando a cerca de la clausura; la gran clausura de mi sala de arte, hace tiempo ya que no es un negocio fructífero, y en el estricto sentido y significado de la palabra fue un gran negocio, si bien, no me producía beneficios en efectivo, pero era mi principal activo de felicidad, tecnicismo inventado del hipotético escenario en el que las finanzas y las emociones concibieran un hijo bastardo. Esta sala de arte esta por cerrar, a pesar de haber fabricado a puño, sueño y frio, los escenarios mas bellos, enorgullecedores y melancólicos recuerdos del potencial que no debí dejar que me arrebataran, que ha decir verdad no me quito nadie, entre cada frase sarcástica disfrazada de un chiste, les fui dando un pedacito de mi pasión, y entre mas les entregaba yo sin valor de defenderme, mas se me deterioraba mi sala de arte. 

Me imagino con frecuencia yendo a repararla, pero hace tanto tiempo que se me perdió que ni siquiera puedo imaginar una descripción acertada, seguramente tendrá el aspecto genérico de una sala que no se ha limpiado en años, ni siquiera recuerdo donde queda la sala de arte.. voy a clausurar la sala de arte, la estaré buscando por un tiempo, no llevo mucha prisa, jamás he precipitado lo que me conmueve hasta perder la cordura, o desde que perdí la dirección de la sala de arte no lo hago.... cuando la encuentre, se por el soñador que aún vive dentro de mi, que no la voy a cerrar, porque ahí me quede, me daré un abrazo, y me daré las gracias por haber llego por mi.