omu

oasis estrellado

Del vapor de tus ojos
tomo prestado un ahora;
y por ese instante goteado
inhalo un baño espumoso
de burbujas aleteantes
y principescas esporas.


En la solidez soluble del vaho
escribo tu nombre,
repitiendolo mil veces
sobre las baldosas carcomidas,
por siglos de acuáticas añoranzas
y de pasiones alumbradas.


Mi piel, queda para la eternidad
impregnada de arbóreas esencias,
se enraíza con el sabor tostado de la madera,
con la leña de tus bosques.
Se nutre de la sabia textura
de las páginas deshojadas del árbol,
de los deliciosos flujos de tu resina.


Ligo mis cordones a los tuyos,
jugamos a saltar acompasados
(reímos, caemos, nos levantamos y reímos).
Adhiero la cordura de tu hacer
a la sazón de mis locuras.
Descompongo y reestructuro
formas y actos; con el fin de amoldarme
a tus necesidades y apetencias.
(no me pediste jamás que dejara de ser yo)


Ando prendido
al encarnado latido,
al único bombeo
que agarra dando vida
a nuestros pasos.
Mi amanecer no se debe
ni a fórmulas matemáticas,
ni a razones científicas,
sólamente se debe
al nacer de tu ser
como luz de mis días.