Nos convoca la noche a la inevitable tormenta
la que nace en la mirada y nos recorre hasta el
corazón
Lo nuestro no admite efímeras caricias, damos
marcas imborrables para guardar en el alma
Impregnados del aroma de un beso íntimo
con su sabor en la mano lo desparramamos
por toda la piel
No es inocente la voz que exige por una copula
profunda golpeando en las entrañas fogosamente
No hay castidad en las lenguas cruzando danza
sáfica entre los labios que se dejan llevar
#PoetaUrbano