Felipe Valenzuela

Noche sin estrellas

Vigilias atañen el regocijo

pasado de el que ahora ya es silencio, un hombre que se hizo

hombre sin hombría, un camino

que se ha labrado sin caminar.

La noche sin estrellas ha hecho de los artistas no más

que un invidente; y al hombre más solo de lo usual.

Falta contexto, ¿Qué es una noche sin estrellas?

Un paraíso para quien teme soñar.

¿Qué es un hombre? Algo más

que un bípedo sin plumas, menos que un pollo desplumado, una máquina del hacer.

¿Qué hace exactamente? Nada, sin qué mirar sobre su semblante, pues, nada es,

desplumado este se encuentra, imposibilitado de hacerse al vuelo.

El hombre sin su faro costero,

sin su lucero del alba, sin fanales de musa, sin un norte que titila

ya es solo individuo, no hay colectivo

que en su destino lo lleve y lo duerma, no hay destino

que lo mesa, no hay fila para la hormiga.