Gonvedo

VERSO & REVERSO

Sobre tus hombros desnudos,

el sol gastado de los techos,

aún bajo el pesado ropaje del invierno,

con su sombra de viejos maderos,

y el silencio inmóvil de las paredes blancas

reflejándose en el llanto azul de los espejos.

 

La casa se asoma a un norte sin pasado

como pájaros que buscaran mareas de otra noche

en un cielo donde las voces han enmudecido

porque el silencio no recuerda su nombre.

 

La casa y tú, idéntico paisaje,

la misma piel que por los poros respira

la savia de árboles llorados,

la vértebra que traza el atlas de las tempestades

en el ojo plateado de los charcos.

 

Hallo en ti el fulgor de las aguas repentinas,

la alargada sombra de los astros suicidas,

el sabor que deja en mi boca el beso tatuado,

el llanto para mi sed y la carne para mi hueso,

la luz y la oscuridad

formando parte del mismo recuerdo.