Cada cuerda tensa, cada nota al aire, resuena en el eco de tu luna y tu luz, negociando un camino hacia tu mirada, hacia el brillo que ilumina mi andar confuso.
Mis manos salpicadas de pasado y de fango, buscan el camino que me lleve a ti, a través de un mar de intentos vanos, en busca de tu presencia cerca de mí.
Tu dulzura ilumina mi verso, lo hace brillar con luz propia y clara, en un trayecto imposible si se piensa en la distancia que nos separa.
Pero aún así te mantengo cerca de mi pecho, en mi corazón guardo tu recuerdo, y en cada verso que escribo y que te nombro, siento que tu presencia está presente en todo momento