GBirú

Resurrección

Cerrad las puertas,
que al pecho 
entra la tormenta,
me lo han dicho.
Hago caso omiso,
porque la lluvia
tambien hace florecer
y calma los incendios.
Así fue que tranbordó
por la piel y los ojos,
la tempestad de tu llegada
y el huracán de tu partida.
Destrozado, pero vivo,
al corazón y la mente abiertos
los habré de mantener
aguardando la primavera
o lo que venga,
pese a los recuerdos de ayer.
Al mar agitado no he de temer
que si no es felicidad lo que viene
al menos buen marinero
me voy a hacer.