Pablo R.

PUNTOS SUSPENSIVOS

Qué lejos está ese cielo
que alguna vez
tuve entre mis manos
y que llenos están los armarios
de recuerdos y momentos;
souvenires de antaño.
 
Fotos e instantáneas
que en la retina se grabaron;
que dejaron huella en el alma,
que en la piel, sin tinta, se tatuaron,
nostalgias hechas café,
melancolías, hechas cigarro.
 
Qué lejos está ese cielo
que en mis ansias hice mío,
convirtiéndolo en tesoro,
en ofrenda de pan y vino;
altar de mis devociones,
breviario y ritual divino.
 
Qué lejos está ese cielo
que alguna vez
tuve en mis manos,
perfumada flor de un día,
gorrión de herida y barro,
quiso el otoño llevarte
por caminos que hoy desando,
sin más pena ni gloria
que la memoria que guardo.
 
¡Oh! Lo efímero es eterno
cuando se trata de olvido,
de dar vuelta la página,
de llegar al final del libro,
si todas las hojas terminan igual,
en necios puntos suspensivos.
 
-. PaR
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1302023