José Luis Barrientos León

Palabra mía

 

Tiende tus alas, palabra mía

sobre la distopía de mis sueños,

derrocha tu entereza y equilibrio,

agita tu ala excelsa, liberando tu lindeza,

hasta bañarme con tu agua estimulante,

mudándome a glosa y versos,

conmovido por mis verbos fecundos,

como oleajes infinitos,

a veces melodiosos o serenos,

a veces salvajes o iracundos.

 

Tiende tus alas,

para vencer el tedio de las canas,

con la cadencia de los besos,

que desciende de la esperanza,

de la esencia espiritual que altera,

mi forma humana hasta deleitarme,

con el aroma de las flores,

o la contemplación profunda del ave errante.

 

Tiende tus alas,

para expresar la abundancia,

de las tormentas y los astros,

bebiendo la copa de intensas flamas,

para vencer las quimeras y alucinaciones,

las míticas hostias con melaza idólatra.

 

Resuena palabra mía, cruje y gime liberada,

como vertiginosa elocuencia,

glorificando vivencias o ilusiones,

proclamando idílicos amores,

divinidades de caricias convertidas en poemas,

Tañe, grita, vocifera,

como rosa sublime o trágica,

como corazón henchido que se desborda,

inagotable y lírico,

triunfal sobre las sombras que te devoran.

 

 

Te suplico a ti palabra mía,

no silencies el tesoro de tu eco,

aunque las fieras devoren tus pupilas,

o camines por áridas llanuras,

abre a la vida tu rugir,

con la armonía excelsa de los versos,

que naveguen en esquifes de ilusiones

con tus alas abiertas de pasiones.